Phillip K. Dick

Philip Kindred Dick nació prematuramente, junto a su hermana gemela Jane, el 16 de diciembre de 1928, en Chicago. Jane murió trágicamente pocas semanas después. La influencia de la muerte de Jane fue una parte dominante de su vida y obra.

En 1930, los padres de Dick, Dorothy Grant y Joseph Edgar Dick, se mudaron a Berkeley. El divorcio, que se venía anunciando desde hacía tiempo, llegó en 1932. Dick se quedó con su madre y ambos se mudaron a Washington.

En 1940 regresaron a Berkeley. Fue durante este período cuando Dick comenzó a leer y escribir ciencia ficción. En su adolescencia, publicó regularmente historias cortas en el Club de Autores Jóvenes, una columna del Berkeley Gazette.

El muchacho leía toda la ciencia ficción que llegaba a sus manos y muy pronto empezó a ser influido por autores como Robert Heinlein y Alfred E. Van Vogt. Durante estos años su salud no fue buena, sufrió frecuentes ataques de asma y periodos de agorafobia.

El interés del joven Philip por la ciencia-ficción disminuyó cuando acabó sus estudios secundarios. A los 18 años, dejó a su madre y se fue a vivir solo. Entretanto, continuó en contacto con la comunidad intelectual de Berkeley mientras trabajaba como empleado en un local de venta de discos. Durante este periodo sus gustos literarios se hicieron más exquisitos.

Después de vender varios relatos a las más importantes revistas pulp de ciencia ficción de aquella época, Philip K. Dick tomó en 1951 la decisión de dedicarse al oficio de escritor a tiempo completo.

Su primer éxito fue la novela Lotería Solar, en 1955, iniciando así una muy prolífica carrera como escritor. En 1963 recibió el premio Hugo por la novela El Hombre en el Castillo y en 1975, el John Campbell Memorial por Fluyan mis Lágrimas dijo el Policía. Estos fueron los únicos premios que le otorgaron en vida.

En 1948, con solo veinte años, Dick contrajo el que fue el primero de un total de cinco matrimonios. Esta primera tentativa fue un rotundo fracaso y duró escasamente seis meses.
Su segundo matrimonio, con Kleo Apostolides, fue más afortunado. Sin embargo, a finales de los cincuenta, Dick empezó a relacionarse con su atractiva vecina Anne, una viuda todavía afectada por la reciente muerte de su marido, y al poco tiempo, Philip acabó con el que había sido hasta entonces un feliz matrimonio. En 1960 nació Laura Archer, la hija de Dick y Anne.

Sin embargo, Dick desarrolló una fuerte paranoia hacia su nueva esposa, convencido de que ella asesinó a su anterior esposo y que pronto lo haría con él. Los caracteres negativos y destructivos de los personajes femeninos que se pueden encontrar en las novelas de Dick están basados en Anne. Finalmente, en 1964, Dick y Anne se divorciaron.

Dos años más tarde Philip reincidió y contrajo matrimonio con Nancy Hackett, diez años menor que él, lo que no impidió que estuvieran profundamente enamorados. La hija de esta pareja, llamada Isa, nació en 1966. Pero su adicción a las drogas le produjo, entre otros problemas, el cuarto divorcio.

Establecido en California junto a sus amigos Tim Powers y K.W. Jeter, volvió a casarse, esta vez con la joven Tessa Busby con la que en 1973 tuvo a su hijo Cristopher.

A pesar de la paranoia y la animosidad hacia su tercera esposa, en la época de ese matrimonio, Dick inició una de sus más prolíficas y brillantes épocas como escritor. Obras como El Hombre en el Castillo, Tiempo de Marte y Los Tres Estigmas de Palmer Eldritch, fueron escritas durante aquel periodo. Retirado en una cabaña alquilada al sheriff local para alejarse de sus conflictos domésticos, Dick escribió la casi increíble cifra de once novelas entre 1963 y 1964.

Ya divorciado de Anne y establecido en San Francisco, en 1964, empezaron sus experimentos con drogas, como el LSD y las anfetaminas. Un excelente libro basado en el estilo de vida de los adictos es su novela Una Mirada a la Oscuridad.

Cuando Nancy, la cuarta esposa, lo dejó, llevándose a la hija de ambos con ella, empezó para Dick una de las peores épocas de su vida. Fuertemente adicto a las drogas y afectado por la paranoia, cayó en un periodo de sequía creativa que duró varios años. El siempre prolífico escritor no volvió a producir nada hasta 1973. Después de una tentativa de suicidio y una corta estancia en un centro de rehabilitación, Dick volvió a reencontrarse a sí mismo.

A mediados de los 70, Philip sufrió varias experiencias religiosas. Durante mucho tiempo se dedicó a elaborar explicaciones e interpretaciones de estas experiencias, actividad que dominó a partir de entonces toda su vida e influyó en sus novelas posteriores.

Siempre le había apasionado el tema de cómo los seres, de la especie que sean, perciben la realidad, cuestión que lleva a otra especulación más profunda: ¿Qué es la realidad?
El viejo problema filosófico puede resumirse de la siguiente manera: ¿La realidad es algo independiente y anterior al sujeto que la percibe o, por el contrario, está determinada por la forma en que dicho sujeto la percibe? ¿Cuan real es la realidad?. Dick exploró el problema en muchas de sus obras, desde un ángulo científico, filosófico y religioso.

Es un lugar común decir que Philip K. Dick era esquizofrénico, porque él lo reconoció en Una Mirada a la Oscuridad, en particular, y también en otras ocasiones. Ciertamente su literatura parece en ocasiones escrita por un paranoico y sus angustiosos entornos: Ubik y Fluyan mis Lágrimas semejan visiones esquizoides puras, pero probablemente tengan mas que ver con el uso de alucinógenos que con la enfermedad mental. También es cierto que algunos de sus amigos quedaban desconcertados por sus comentarios. El escritor John Brunner cuenta que en su último encuentro con Dick, durante un festival de ciencia ficción celebrado en Metz (Francia), se sorprendió cuando éste le dijo, muy seguro de sí, que se comunicaba con el apóstol Pablo y que había matado un gato con solo desear su muerte.

Dick se destacó tanto en los cuentos como en las novelas. Una de sus mayores virtudes es que produjo ciencia ficción seria y sobre todo accesible para el gran público. Fue un escritor consistente y brillante, y de los más originales del género. Curiosamente, es mucho más apreciado en Europa que en los propios Estados Unidos, habiendo países donde es el escritor de ciencia ficción por excelencia, en detrimento de otros ilustres como Asimov, Clarke o Bradbury. En cualquier caso Dick es un autor controvertido, siendo sorprendente para algunos críticos que, habiéndose especializado en la irracionalidad, en el seno de una literatura tan básicamente apartada de ella como es la ciencia ficción, haya tenido un reconocimiento tan profundo.

Murió en 1982, de un fallo cardiaco, a la edad de 53 años, dejando un libro inconcluso y seguramente muchas ideas sin desarrollar. No llegó a ver el estreno de Blade Runner, la primera adaptación de su obra al cine.

Desde su muerte, Dick ha sido objeto de culto por parte de muchísimas personas. En 1983 se constituyeron la Philip K. Dick Society y el premio Philip K. Dick Memorial, que se entrega a la mejor novela original publicada en edición de bolsillo. Dos años más tarde se le otorgó el premio Gigamesh, por su novela La Transmigracion de Timothy Archer.

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